original

Donuts: por qué vuelve el Original, por qué no acaba de volver

Donuts: por qué vuelve el Original, por qué no acaba de volver

El 12 de abril de 1962 Andreu Costafreda lanzó al mercado un producto con forma de rosquilla que descubrió en Estados Unidos y del que hoy se consumen 500 millones de unidades al año. Estamos hablando de Donuts, cuyo nombre se creó a partir del genérico anglosajón doughnut, y cuya marca (denominativa y figurativa) es propiedad de Panrico.

Este mes los Donuts celebran su 50 aniversario y con motivo de la efeméride Panrico ha anunciado el relanzamiento del Donuts original. "¿Me he perdido algo? ¿Es que acaso los Donuts que encontramos en cualquier supermercado, o en la cafetería de al lado, no son los originales?", se estará preguntando alguno de nuestros lectores. Pues no lo son. O al menos eso es lo que por fin ha acabado reconociendo Panrico, forzada a realizar este movimiento que atañe tanto a marketing mix (producto y packaging) como estratégico a nivel de Comunicación de marca.

Y es que aun facturando aproximadamente 200 millones de euros anuales, la marca ha ido perdiendo cuota de mercado año tras año. Donuts cuenta con un índice de popularidad del 99,7 %, pero la empresa propietaria de la marca ha tenido que refinanciar su deuda en dos ocasiones, gracias a la compra mayoritaria de Oaktree, situando la deuda actual de la compañía en 90 millones de euros. Teniendo en cuenta esos números de notoriedad y esos números financieros... algo no cuadra aquí.

¿Por qué Donuts hace un relaunch de su producto original? O lo que es lo mismo... ¿cuáles son los motivos por los que una marca renombrada como Donuts no funciona? 

Madríd 20020 o cómo destrozar un logotipo aceptable para la candidatura olímpica de Madrid 2020

Madríd 20020 o cómo destrozar un logotipo aceptable para la candidatura olímpica de Madrid 2020

Cuando hace unas semanas se presentó la Identidad visual de la nueva (una más) apuesta de Madrid por acoger unos JJ.OO., no fuimos pocos los que emitimos un dictámen negativo. En efecto, lo primero que salta a la vista es que Madrid pasa a ser "Madríd" y que, según como se mire, la fecha no parece ser 2020 sino 20020.

Y claro, con el histórico de la candidatura y sus dos fracasos anteriores, surgieron en Twitter comentarios del estilo "Está bien que por fin acepten el año en que nos darán las Olimpiadas: 20020", o "¿Desde cuándo Madrid se acentúa?". Además, otros metían el dedo en la llaga si cabe aún más, refiriéndose también al aspecto visual del logotipo y sus arcos multicolor: "Es el logo de la CNBC, pero a lo cutre", o "Parecen unas chanclas de colores".

Por si no fuera poco, después nos enteramos de que el logotipo presentado al mundo no es el original (creado por Luis Peiret y que podéis ver justo debajo del "Oficial", en la imagen superior). Es normal, cuando se abren concursos públicos para la creación de cualquier diseño, que el órgano convocante se reserve el derecho a realizar las modificaciones pertinentes (ojo, lo de pertinente nunca sabe uno en qué va a consistir después...). Pero lo que no es normal es que una agencia como TAPSA diluya la identidad original creada por Luis Peiret, el padre de la criatura, que debe estar pensando eso de "este no es mi niño, este niño me lo han cambiado".