Naming: mucho más que un nombre de marca (y IV)

06. Creatividad al servicio de la estrategia. Aun teniendo un nombre muy largo, I can’t believe it’s not butter (Unilever) es la marca líder en U.S.A. en la categoría de sustitutivos de la mantequilla.

A veces es mejor sacrificar la sencillez del nombre en beneficio de una mayor diferenciación versus la competencia.

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07. La primera vez suena peor. Nunca podemos comparar un nombre existente desde hace años en el mercado con un nombre recién creado.

El efecto tiempo no debe darnos por vencidos, ya que el consumidor siempre pondera por encima una marca que conoce desde hace más tiempo, por razones de familiaridad.

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08. El sonido importa. La mente humana transforma aquello que leemos en sonidos. La sonoridad de un nombre de marca es uno de los aspectos más importantes, a nivel creativo, ya que el nombre es el único elemento de la marca que puede expresarse a nivel verbal.

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09. Los números y las siglas no funcionan. La mente humana asimila mucho mejor conjuntos de sílabas.

Un ejemplo de lo anterior lo encontramos en el mercado de cervezas. Por razones históricas, algunos fabricantes han hecho de una efeméride concreta el nombre de su marca.

San Miguel 1516 se llama así porque es una cerveza que está elaborada según la ley de pureza de aquel año. Pero ¿cuántos consumidores no confunden la marca con la Kronenbourg 1664?

Las siglas funcionan cuando previamente se las reconocía con el nombre completo, tal y como ocurre con la marca BBVA, resultante de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria. E incluso así, todavía hay gente que hoy día habla del “Bilbao”, como cuando hablamos del “Santander”.

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10. Buscar siempre una conexión. Porque hablar de “emocionalidad” en Naming no significa que el nombre nos haga llorar… El nombre debe ser el símbolo que nos permita sentirnos identificados con la marca.

Todo buen nombre debe ser fruto de una correcta definición de la identidad de marca, de la competencia directa e indirecta y de las audiencias que interactuarán con él. Sólo así lograremos diferenciar nuestra marca, optimizando y ahorrando recursos, y mejorando la eficiencia en comunicación.

Porque como decía Don Quijote de la Mancha, “un buen nombre ostenta mayor valor que la más grande de las riquezas”.